9 jul 2025

Oficina del Área de Bogotá D.C., historia

LA LLEGADA DEL MENSAJE DE ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS A BOGOTÁ

Un año después de haberse formado el primer grupo de Alcohólicos Anónimos en Medellín, Carlos Enrique Botero, quien había recibido el mensaje en esa ciudad, reunió en su oficina de Bogotá a varios interesados. Entre ellos estaban Gabriel A., Enrique G., Enrique S., Guillermo O. y Carlos D., este último también portador del mensaje desde Medellín. Esta reunión marcó el punto de partida del naciente grupo de A.A. en la capital.

Se solicitó apadrinamiento al grupo de Medellín y se buscó un local para las reuniones, estableciéndose el Grupo Central cerca de la Plaza España. En sus inicios, un pequeño núcleo de miembros se mantuvo activo, y aunque tuvo poca asistencia, reforzó el compromiso de crecer como compañeros.

Con el tiempo surgió inconformidad respecto a la ubicación del local, considerada poco adecuada. Por tal motivo, el grupo fue trasladado al barrio La Concordia, cerca del Chorro de Quevedo, adoptando el nombre de Grupo La Concordia. Se reactivó el trabajo de llevar el mensaje, y poco después nació un club con el mismo nombre que ofrecía actividades recreativas y comidas. Incluso se inició una fundación para alcohólicos, que incluía un centro de desintoxicación e internación clínica.

No obstante, todo eso comenzó a desvirtuarse. Las actividades sociales desplazaron al quehacer central del grupo. Se leía literatura no apropiada, como textos de Teología, y se utilizó una película del Doce y Doce en inglés, incomprensible para muchos. Aunque un hermano estadounidense colaboraba con la obra, la confusión fue inminente. El uso de miembros de la fundación en la conferencia agravó la situación institucional. Como resultado, el grupo se desorganizó, el club cerró y la fundación desapareció.

El grupo regresó entonces a las cercanías de la Plaza España, retomando el nombre de Grupo Central, pero también terminó por disolverse. Algunos compañeros, en busca de un lugar más cercano, comenzaron a reunirse cerca del Cantón Norte, dando origen al Grupo Chía.

Frente a la falta de estructura y la necesidad de continuidad, un nuevo esfuerzo dio lugar al nacimiento del Grupo Bogotá, impulsado por miembros de los grupos anteriores como Alfonso D., Marco, Abelardo, Bernardo y Valentín. Desde su fundación, este grupo comprendió claramente la misión de A.A., orientada a los enfermos del pasado y obedeciendo siempre al propósito esencial: llevar el mensaje al alcohólico que aún sufre.

Con su ejemplo y constancia, el Grupo Bogotá se convirtió en guía y padrino de muchos otros grupos en la ciudad y más allá. Gracias al aprendizaje acumulado y al compromiso de sus miembros, surgieron grupos como Santa Fe, La Giralda, Las Aguas, Veinte de Julio, La Libertad, Chapinero, Kennedy, Colón, Quirigua, Minuto, Santo Tomás, La Unidad, Buena Voluntad, Soledad, Comité, entre muchos otros.

La expansión continuó con la creación de la Oficina de Intergrupos y posteriormente, con el nacimiento del Comité de Área. Se establecieron distritos como divisiones geográficas para lograr una mejor organización y servicio.

Durante estos años, la comunidad de A.A. en Bogotá ha enfrentado numerosos desafíos: el elegir y surgimiento de grupos, los cambios generacionales, la adopción de los Doce Pasos y Doce Tradiciones, y la pandemia. Sin embargo, ha permanecido firme en los principios legados por los cofundadores y por quienes trajeron el mensaje a Colombia.

Hoy seguimos en pie, con gratitud y responsabilidad, cumpliendo nuestra misión esencial:
Llevar el mensaje de recuperación con amor y servicio, un día a la vez.

Hernando A.
Coordinador Área C3 - Bogotá

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